Llevo catorce años de Sacerdote y la mitad he estado aquí, en esta Parroquia. Puedo decir que el Señor ha estado grande conmigo y eso me ha hecho vivir alegre y contento. Me ha permitido la Gracia de Bautizar, administrar el sacramento de la Eucaristía, perdonar los pecados de mi gente, anunciar, gritar la Misericordia del Señor, preparar y celebrar muchas bodas. Consolar, con los sacramentos, a enfermos. Me ha permitido acompañar en los últimos momentos de la vida terrena y preparar para el cielo, han sido muchos momentos de despacho, de consejos, de ayudas recíprocas. Salidas, excursiones, peregrinaciones, risas y alegrías... y muchas cosas que quedan en la pupila y en el corazón.
Ahora, para mí, se cierra una etapa preciosa y se abre otra que seguro que es para mayor gloria de Dios. También para vosotros es un tiempo importante y necesario. Nunca os separéis del que más os ama, Jesús. Os pido oraciones por mí y por mi Sacerdocio. Yo nunca dejaré de presentaros a cada uno al Buen Dios, siempre pediré en la Eucaristía, esté donde esté, por vosotros y por vuestra santidad.
Pido a San Vicente de Paúl, San Pío y Santa Maravillas que permanezcamos unidos, y a la Virgen María la lanzo un beso y un gran GRACIAS.
PADRE ALBERTO+

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